Capítulo 1. Análisis macroeconómico y su implicación en los mercados

En progreso

El mundo económico que surgió tras la crisis financiera mundial, caracterizado por la baja demanda y la debilidad de la inflación, se ha acabado y eso tiene enormes implicaciones para los mercados.

Se están gestando grandes cambios macroeconómicos 

Las temáticas macroeconómicas que actualmente dominan el mercado llevan algún tiempo en marcha, aunque los sucesos mundiales recientes las han acelerado. Si miramos más allá, las prioridades de los gobiernos han cambiado en los últimos años y el giro hacia una postura de mayor autosuficiencia se ha visto acelerado por los sucesos recientes. El gasto público se intensificará para impulsar la transición hacia las energías verdes, la autosuficiencia energética, la defensa y la relocalización de las cadenas de suministro.

Esta tendencia irremediablemente tiene implicaciones, que pueden ser considerables: mayores costes de producción, compresión de los márgenes, aumento de la inversión en bienes de equipo, incremento de las presiones salariales y, en última instancia, más inflación.

El papel de los bancos centrales en la inflación

Después de las perturbaciones generalizadas provocadas por el brusco aumento de los tipos de interés, los mercados esperaban un respiro este año e hicieron suyo un guion sencillo: unos tipos de interés altos para someter la elevada inflación provocarían una recesión grave que obligaría a los bancos centrales a abandonar su trayectoria de subidas.
Sin embargo, el crecimiento ha mantenido firme y la inflación ha resultado ser persistente, para sorpresa de los bancos centrales y los mercados.

Esperamos que la Fed decrete una pausa durante los próximos meses, seguida posiblemente de varios recortes de los tipos de interés. Este escenario rebajará la volatilidad, amentará la inclinación de las curvas y mejorará el entorno para invertir en bonos. Sin embargo, no esperamos recortes de tipos de gran magnitud, ya que las bases del crecimiento siguen siendo sólidas

Más allá de EE.UU.

En Europa y el Reino Unido, la situación es más compleja. La demanda está acusando los tipos de interés elevados y la debilidad de China, la inflación sigue moviéndose en cotas muy elevadas y el panorama del empleo es menos robusto. La situación se asemeja a una estanflación. Europa y el Reino Unido se verán afectados por el aumento de los precios del petróleo y la fortaleza del dólar. Si el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo dejan de subir los tipos, sus monedas se depreciarán y harán que las compras de energía en dólares sean aún más caras.

En cuanto a China, La economía china no ha conseguido recuperarse mucho desde los confinamientos por el COVID y existen problemas estructurales. China ya no está aplicando estímulos; le preocupan los niveles de deuda y quiere un crecimiento de mayor calidad. La inversión china fue el pilar del mundo durante los últimos 20 años, pero ahora la geopolítica está cambiando y el impacto está empezando a apreciarse.

Eso debería dar lugar a más inversiones y más gasto público en Occidente. Europa no lo ha hecho muy bien en esta área hasta ahora. Con el tiempo, podemos llegar a un punto en el que el crecimiento sea mejor, la demanda mejore y, siempre que los países puedan lidiar con ese aumento de la demanda con más trabajadores y más productividad, todo irá bien. Sin embargo, la inflación nunca desaparecerá completamente.

En resumen, los tipos de interés y las evoluciones económicas serán los grandes temas durante los próximos años